sábado, 1 de agosto de 2020

PINNACLE POINT “SYMPHONY OF MIND” ESCAPE MUSIC 2020 REVIEW



Escape Music 17 de Julio de 2020

Tracklist:
2. SO ALIVE 6:53
1. ASCENT TO THE POINT 3:17
3. WEIGHT OF THE WORLD 4:09
4. HERO 6:26
5. NEVER SURRENDER 4:37
6. IN THE WAKE OF HOPE 6:00
7. SHADOWS OF PEACE 6:06
8. BEYOND 5:20
9. NOTHING AT ALL 5:25
10. PRODIGAL 5:44
11. SYMPHONY OF MIND 7:06

Band:
Jerome Mazza: Lead Vocals, Backing Vocals, Keyboards
Torben Enevoldsen: Guitars, Keyboards
Rich Ayala: Guitars, Background Vocals

Valeria Pozharitskaya: Violin
Mark Prator: Drums
Takeaki Itoh: Bass
Howard Helm: Keyboards, Organ, synthesizer
John F Rodgers: Piano, Strings


“Pure fantasy made music like a timeless tale”

Y por fin llegó la hora de tener a mi alcance el esperadísimo segundo disco de esta gran banda tras el gran “Winds of change” de 2017 que tan buen sabor de boca nos dejó a los amantes del estilo sinfónico, melódico y progresivo. Para aquellos que no la conozcáis está fundada por Jerome Mazza (Angélica, disco solista, colaborador con Steve Walsh) y Torben Enevoldsen (Fate, Acacia Avenue, Sección A) a los cuales se les une, esta vez, Rich Ayala en labores compositoras y reputados miembros en el resto de instrumentos.

Tras el fantástico debut somos muchos los que deseábamos poder tener el gusto de escuchar una continuación y nuestras plegarias llegaron a buen fin y debemos estar de enhorabuena por ello. No os voy a hacer esperar y nos ponemos ipso facto a degustar esta obra cuya portada es digna de admiración y hace aún más apetecible el adquirirlo.

Mención también al trabajo de Torben con un solo de categoría (cuanta calidad destila este hombre) y una producción tan pulcra que en pocos sitios podréis encontrar. Da gusto como suena cada instrumento y que nítido y “limpio” sale el sonido por cada canal de mi reproductor.

Sin esperar más “Ascent to the point” nos permite dar el pistoletazo de salida y permitir que nos adentremos en este compendio musical que se nos avecina. Y que mejor para ello que un tema instrumental donde podemos apreciar el virtuosismo de estos grandes músicos y que me deja boquiabierto el observar la precisión de cada nota y la calidad en la producción que posee. Ya se me ha abierto el apetito y apenas hemos hecho más que “mojarnos” el gaznate con un poco de vino.

El verdadero trabajo comienza con “So alive” que como su nombre indica y tras estos devastadores sucesos que tienen lugar en estos días, hace que tengamos más y más ganas de mantenernos con vida para poder disfrutar de todos los momentos con mayor plenitud y ganas. El tema ya nos descubre a un cantante espectacular y que no es otro que Jerome Mazza (si no lo conocéis os invito a que escuchéis alguno de los discos en los que participa y que he nombrado antes) que lo hace en un tono superlativo y de forma que parece que cantar y entonar sea cosa de niños. Es increíble el ejercicio vocal que ejecuta en escalas muy altas para luego moderarse y permitir al resto de la banda que tengan su parte de protagonismo. Es un tema de puro progresivo pero con connotaciones melódicas y eso puede que aquellos para los que la palabra progresivo sea tabú (además del minutaje elevado de los temas) les resulte anodino y aburrido aunque nada más lejos de la realidad ya que estos temas son para “sumergirse” en su profundidad y dejar volar la mente. Si es verdad que peca de algo de exceso en el tiempo pero está repleto de matices que deben ser observados.

El primer single y todo un entrante de categoría como si fuésemos comensales en un establecimiento con estrellas Michelin es lo que me viene a la cabeza escuchar “Weight of the world”. El Chef nos prepara una amalgama de “sabores” de forma musical que hace aflorar todos nuestros sentidos y nuestro paladar saborea con exquisitez tan preciado manjar. El tema arranca como si de una locomotora se tratara donde el bajo y la guitarra marcan el tempo y nos conducen raudos por las vías a un Jerome que se encuentra en su salsa, subiendo y bajando escalas por doquier como se demuestra en ese estribillo arrollador donde llega a notas altas con una facilidad pasmosa, al igual que sucede al acabar el tema. No puedo estar más de acuerdo con la elección de este tema como representativo del disco.

Para rizar el rizo se introducen en ambientes más épicos de la mano de “Hero” con una cadencia algo más “marchosa” y un ritmo que oscila en constante ascenso y descenso en función del pasaje que nos quieran representar con el fin de intentar integrarnos en la historia que pretenden abordar y es que el disco es como un cuento en el que se van sucediendo diferentes hechos que nos van relatando al son de la música.

Y si antes hablaba de que el primer single ha sido muy acertado, si eligen “Never surrender” como segundo creo que van a dar en el clavo, totalmente. Es un tema superpegadizo que tiene un gran esplendor y se mueve en aguas progresivas aunque el estribillo es de una sencillez pasmosa pero se te asienta en el cerebro y te va martilleando una y otra vez hasta que se te graba y no consigues quitártelo de la cabeza. Me encanta como el coro hace a modo de reverb del estribillo, otorgándole profundidad. El sólo es estratosférico por parte de Torben que tiene la virtud de transformar todo lo que toca en oro como si fuera el nuevo alquimista del siglo XXI.

Volvemos a la senda marcada por los maestros Kansas al inicio de “In the wake of hope” con una estructura y melodía imposible de ejecutar a menos que seas un virtuoso, con muchísimos matices y arreglos lo que les hace estar un peldaño por encima de muchos grupos que intentar imitar a los grandes pero que se quedan en el intento. La modulación vocal de Jerome vuelve a ser uno de los puntos fuertes y su nexo con los instrumentos es tal que parece que fueran “hermanos” y se hubieran criado juntos en el mismo nexo familiar.

Siguiendo la senda del anterior, la intro de “Shadows of peace” es tan precioso que me recuerda al cuadro “El jardín de las delicias” de El Bosco donde nuestra vista se pierde ante colores y secuencias tan brillantes que llaman la atención del espectador aunque en nuestro caso sea en forma de un paisaje instrumental fantástico al cual se añade un narrador y guía en la voz de Jerome para poder explicarnos la belleza del cuadro que tenemos delante y, de paso, irnos embaucando con su voz que se va introduciendo en nuestro cerebro hasta inundar toda la cavidad craneoencefálica, adueñándose de nuestro intelecto y ofreciéndonos una dosis de placer inusual.

A caballo entre una balada y un medio tiempo llega “Beyond” que da otra demostración instrumental de un calado superlativo y una producción envidiable aunque se me hace algo recargada lo que me lleva a dedicarle mucho tiempo para poder tomarle la medida y sacarle el jugo que necesita y aun así me quedo a medias de lograr cogerle el tranquillo necesario para que me satisfaga del todo.

Puro sentimiento hecho obra y palabra es lo que “Nothing at all” nos transmite en la voz de Jerome. Es increíble como la sencillez de elaborar un tema con un teclado y una voz descomunal pueda llegar a transmitirme algo tan bonito y sublime que llegue a emocionarme. Más adelante se añaden el resto de la comuna instrumental para dar lugar a un tema que puede considerarse una balada que parece un poema recitado por los juglares en la Edad Media donde se narraban las peripecias del héroe de turno.

“Prodigal” ya es algo más “enrevesada” y por buscar un símil cinéfilo es como si de un film de intriga o de un thriller se tratase. Quizás demasiados cambios de ritmo y una mezcla instrumental demasiado diversa que puede llegar a hacer que sea algo difícil de encajar y de valorar. Instrumentalmente es impecable pero creo que le falta algo de “sencillez” para hacerla más accesible.

El cierre tiene el honor de hacerlo el tema que da título al disco: “Symphony of mind” el cual es un compendio y homenaje a los maestros Kansas. La voz de Jerome suena nítida y perfectamente calibrada, una vez más, y ello unido al celestial violín de Valeria que da armonía al tema y rematado por un Rich Ayala que está en estado de gracia como demuestra con un solo alucinante; provoca que te sumerjas en una grandilocuente estancia donde las obras pictóricas empapan toda la sala y te hacen sentir insignificante respecto al entorno que te rodea. Es digno de observar el montón de matices que tiene el tema y es ideal escucharlo, como he hecho yo, a oscuras con los auriculares en el jardín tumbado en la hamaca para poder sumergirte en un remanso de paz y tranquilidad que es lo que me transmite.

En resumen, un disco que va a tener dos vertientes enfrentadas, los que lo disfruten de cabo a rabo y a los que se les haga muy cuesta arriba por las canciones tan largas y la gran variación rítmica que posee. Yo soy de los primeros y lo voy a seguir disfrutando como hice con el disco debut aunque sí que algunos pasajes se me hacen un poco excesivos pero ello no es óbice para decir que estamos ante un gran lanzamiento que formará parte de mi colección.

Highly recommended: 88/100
Redactor: Manuel García.

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