Sonic11/ Pride & Joy Music
Release: 30 September 2016
Genre: Hard Rock
Track list:
1. Irresistible
2. High on you
3. Glow
4. When your mama was a hippie
5. Jaded heart
6. Amazing
7. Still the same
8. I would murder for you
9. The letting go
10. Too good to be true
11. Shadow in my eyes
12. Last goodbye
Band:
Oliver Hartmann (guitar/vocals)
Mario Reck (guitar)
Armin Donderer (bass)
Markus Kullmann (drums)
Jimmy Kresic (add. keys)
Cuatro años han pasado ya desde su último disco “Balance” (sin contar el recopilatorio “The best is yet to come” de 2013) y nos encontramos con la agradable sorpresa del retorno de este gran músico llamado Hartmann que no sé de dónde ha sacado el tiempo tras estar girando en el impresionante mega tour de Avansasia (menuda gozada de concierto el que pudimos deleitarnos en La Riviera hace unos meses) aparte del Rock meets Classic y en el tributo a Pink Floyd llamado Echoes.
Para este quinto album en su carrera en solitario se ha rodeado de la misma banda del anterior disco a excepción de la batería donde entra Markus Kullman y la incorporación a los teclados del músico de sesión Jimmy Kresic además de Irena Morisakova al celo y Adela Peckova como acompañamiento con el violín; aparte de que el album vuelve a ser coproducido por el gran Sascha Paeth.
Comenzamos con sonido aceltado en “Irresistible”, un medio tiempo con buen tempo que nos permite observar la calidad desmedida de este musicazo pero que peca de un estribillo ramplón y muy manido que desluce la canción a pesar de lo bien estructurada que está. Tras este agridulce comienzo nos adentramos en “High on you” y aquí ya estamos más en nuestra salsa con un tema fiestero y moderno que nos vuelve a decir que este señor sabe lo que tiene entre manos y con ese deje a lo Turner en la voz nos permite disfrutar de una canción bastante efectiva.
“Glow” comienza con un sonido a lo Bryan Adams que me encanta y se adentra en una senda deliciosa que culmina con un estribillo a lo Harem Scarem, salvando siempre las distancias, lo que dota al tema de variedad, fuerza y dulzura haciendo que esa amalgama nos reconforte y nos saque un poco de escuchar siempre lo mismo. Tras ella viene el single “When your mama was a hippie” en la que cual haciendo honor a su nombre es un tema raruno pareciendo que esta hecho para cualquier manifestación reivindicativa y con un tufillo a The Beatles; me parece ante todo muy extraño que se haya elegido como single.
Esperamos remontar con “Jaded heart” y de qué manera; baladón descomunal que hace florecer y rememorar nuestra vertiente amorosa, deslizando por nuestra piel una suave caricia que eriza nuestro vello y produce una sensación de orgasmo placentero en nuestro ser. Y con “Amazing” seguimos viendo que el single ha sido una pequeña china en el devenir de este disco porque este medio tiempo tiene todos los ingredientes que hace que disfrutemos con esta música que tanto nos relaja y desata nuestros instintos.
Tras esa explosión toca volver a momentos íntimos con la acústica “Still the same” que me recuerda al maestro Knopfler en algunos de sus temas más deliciosos; tema para disfrutar pero sin dejar de lado nuestra vertiente más melódica con el siguiente “I would murder for you” que vuelve a la vertiente más moderna y clásica a la par con un deje a los 80 a lo largo de todo el tema hasta llegar al estribillo donde se vuelve más modern; es como una explosión de esos chicles que anuncian que a medida que lo vas disolviendo te deja un sabor de toda la vida y cuando llegas al corazón desata un cúmulo de sensaciones nuevas.
Otra paradita con “The letting go” en acústico de nuevo, bonita pero creo que corta el desarrollo del disco ya que hay demasiadas “paradas” a lo largo de él; remontamos un poco con el medio tiempo “Too good to be true” que podría estar incluida en cualquier disco melódico que se precie de algún cantautor actual ya que es ideal para su lucimiento.
Llegamos a la parte final del disco con “Shadow in my eyes”, y vuelta a otro tema acústico con la consiguiente “detención” en el desarrollo del cd. Tema que es bonito que recuerda horrores a uno de House of Lords y cerramos con “Last goodbye” para acabar de “deprimirnos” un poco más, cambiando la guitarra acústica por el teclado en un momento intimista.
En resumen, el disco tiene calidad pero “abusa” a mi entender de esos momentos acústicos e intimistas lo que le resta valor al conjunto en cuanto a fuerza y garra.
Recomendado mientras lees un libro o en una cena entre amigos
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AORLAND SCORE: 70/100
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