domingo, 24 de septiembre de 2017

PHANTOM V “PLAY II WIN” Frontiers 2017 Review




Frontiers Music s.r.l. 13 Octubre 2017
Genre: Melodic Rock

Tracklist:

1.- The Change In You 
2.- Crossfire 
3.- Baptised 
4.- Read Your Mind 
5.- Play To Win 
6.- Child Soldiers 
7.- Do You Believe In Love 
8.- Phantom Child 
9.- Had Enuff 
10.- Shadows Dance 
11.- Reach Out 


Band:

Claus Lessmann - Lead Vocals 
Michael Voss – Guitars, Bass and Backing Vocals 
Robert Boebel - Guitars and Keyboards 
Axel Kruse - Drums & Xplosions 

“Same songs with same feeling” 



Vuelta al ruedo musical de esta banda antes conocida como “Supremacy” y que ya debutaron el año pasado con el nombre actual y mismo título. Magnífica portada para todos aquellos a los que nos encanta el ajedrez. Siguen como cabezas pensantes y ejecutantes Michael Boss y Claus Lessmann para nuestro goce y disfrute o por lo menos es lo que esperamos con esta nueva obra que a la que nos disponemos a hacer la autopsia sin más dilación. 

“The change in you” hace que empecemos los preparativos y lavemos el escalpelo con el que vamos a comenzar a trepanar sin darnos casi tiempo comienza la energía que desprende Voss a todo lo que toca y procedemos a hacer una incisión precisa y profusa de donde brota un pequeño chorro de sangre que golpea nuestras gafas protectoras al ritmo que marca la batería. El tema tiene una potencia inusitada pero se deja un poco en un estribillo efectivo pero no contundente que nos deja con un sabor de boca amargo. 

Mientras suenan los primeros acordes de “Crossfire” tiramos de la piel hacia atrás para permitirnos ver la musculatura de un varón joven que seguramente saliera a correr con canciones como esta en donde el ritmo continúa siendo frenético y permite que a cada momento que pasa notemos como si fueramos móviles y nuestra batería vaya subiendo de carga progresivamente. Puro hard rock con guitarras contundentes y electrizantes que nos envalentonan a cada nota que procesamos. 

“Baptised” llega a nuestras orejas mientras vamos rompiendo costillas y demás musculatura con el fin de proceder a observar los órganos que esconden en su interior mientras la melodía suena en los altavoces de la sala de autopsia armoniosa y dulce en lo que podríamos catalogar un medio tiempo según la dinámica por la que transcurre el disco que va más endurecido que lo habitual lo cual no supone que sea malo, sino que se aleja del Aor que muchos pretenderían escuchar de los componentes de grupos como Bonfire y Casanova. Muchas veces es mejor abrir la mente y dejarse capturar por sonidos diferentes que nos enriquecen y nos hace tener una perspectiva distinta de la música. 

Y cómo si me hubieran escuchado llega un tema más orientado al estilo al Aor, en cierta manera, con profusión de teclados y un ritmo más sosegado. Y es que “Read your mind” nos hace pensar el motivo que ha llevado a este joven a estar en nuestra mesa en vez de disfrutar de la larga vida que le correspondía tener. Muchas veces el destino es caprichoso y se lleva a quien no lo merece, es por ello que debemos valorar cada segundo que respiramos y tenemos el placer de disfrutar de tan magnífica música. 

Y llega el tema que da título al disco “Play to win” con el que sacamos las vísceras de sus cavidades y procedemos a colocarlas en los recipientes correspondientes para su biopsia posterior a la par que nos deleitamos con un inmenso tema en el que sacan a la luz todas las dotes melódicas que poseía Bonfire en su buena época con Lessmann unido al saber a la guitarra de Voss para conjugar una pequeña obra de arte que esperamos acompañe al alma del difunto en su largo peregrinaje al más allá. 

Con “Child soldiers” no nos sorprenden pero nos permiten centrarnos en nuestro trabajo y revisar la zona de la espalda con el fin de intentar observar marcas de agujas o sustancias que nos aclaren algo. El tema es un poco engañoso ya que lleva un ritmo que se frena con el estribillo, cosa rarísima y que nos descentra un poco de lo que tenemos entre manos ya que nos hace que tengamos que realizar un sobreesfuerzo para centrarnos en ello. Quizás no tengo las palabras exactas para catalogarlo pero un cactus en medio del desierto pudiera valer como metáfora. 

“Do you believe in love” es lo más semejante a una balada que podamos echarnos a la cara aquí y que nos hace valorar otros temas que calan en más profundidad en muestro organismo. Y es que como no me cansaré de decir lo mío no son las baladas, no las soporto por más que las escuche. Quizás estoy en un periodo de mi vida dónde estoy cansado de pensar que la vida es un desfile de buenas personas y pienso que lo único que muchos quieren es ponerte la zancadilla y se trata de sobrevivir día a día. Aún así es un bonito tema que muchos disfrutaran en su totalidad. A mi me ha servido para revisar las arterias que drenan el corazón de nuestro cadáver e intentar hacerme una idea de la causa del deceso. 

Y llega todo un himno con “Phantom child” que sonará en muchos conciertos seguramente ya que es un tema donde se invitará al público a participar activamente y es que es una oda y crea un ambiente fenomenal haciendo que predomine el buenrollismo. Con ello llamamos a nuestro supervisor para darle cuentas de lo que hemos descubierto y que creemos es la causa de la muerte del sujeto en cuestión. 

Mientras llegas suena “Had enuff” y parece que hemos escuchado antes este tema lo que vuelve a dejar en nosotros la sensación de “deja vú” que muchos discos nos causan y es que se repiten hasta la saciedad y llega un momento que te satura por parecer escuchar una y otra vez lo mismo sin poder salir de ese bucle. 

Y parecido sucede con “Shadows dance” donde se impone ese ritmo constante de la guitarra formando una base demasiado anodina a lo largo del tema y haciendo que Lessmann sólo tenga que recitar estrofas por encima para acoplarse y dar otro tema más con el que rellenar este trabajo. 

Suena nuestra puerta y menos mal que sonaba “Reach out” porque no nos hubiéramos enterado. Balada para acabar un disco; desde mi punto de vista todo un error porque que lo metas como tema extra para el mercado japonés en acústico me parece correcto ya que todos los grupos lo suelen hacer pero acabar un disco repleto de temas enérgicos con ella no me casa en absoluto, pero sólo es mi opinión claro está. 

En resumen, un disco que pasará sin pena ni gloria como el cadáver que nos llegó antes de su comienzo ya que le doy visos de tener su mismo destino, vivir lo que pueda como novedad para luego desaparecer sin pena ni gloria ya que nadie lo va a echar en falta. No está mal darle una escucha pero aparte de eso poco más hay que sacar de él.


Aceptable 
Redactor: Manuel García





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