Frontiers Music s.r.l. 23 DE Marzo 2018
Tracklist:
1. Watch The Fire
2. Burn
3. Kings On Thunder Road
4. Elegantly Wasted
5. Urgent
6. Dangerous
7. Calling Out Your Name
8. Heart Is On The Line
9. I Don’t Wanna Play That Game
10. The Burning Pain Of Love
11. The Neverending Retraceable Dream
Band:
Erik Mårtensson: Guitar, bass, keyboards, vocals
Jeff Scott Soto: Vocals
Robert Säll: Keyboards
Magnus Henriksson: Guitar
Robban Bäck: Drums
Additional guitar solo on “Urgent”: Thomas Larsson
“A fantastic melodic masterpiece of our lives”
Y la música inundó nuestra alma y nos permitió visualizar que nuestra vida tiene sentido y un propósito final que debemos llegar a descubrir.
Siento ponerme tan filosófico pero desde finales del año pasado llevaba esperando ansiosamente este nuevo disco que me acaba de llegar y que en breve os comenzaré a desgranar de la mejor manera que sé hacerlo y espero os deje claro lo que se nos viene encima.
Haremos un poco de historia, aunque sea un grupo ya conocido para la mayoría, diciendo que se basa en 3 miembros fundamentales que dotan a la banda de sus siglas en referencia a los grupos de los que proceden (W – Robert Säll de Work of art – E – Erik Martensson de Eclipse – y T – Jeff Scott Soto de Talisman) y que sacaron en 2009 su disco debut que tanto dio que hablar en los círculos melódicos y que supuso el que fuera mi disco del año de largo y eso a pesar de que lo hicieron sin muchas miras sobre lo que podía llegar a ser. Ello les supuso hacer la continuación “Rise up” y su participación en festivales tan importantes como el Frontiers, Firefest, MelodicRockFest o el Metallsvenskan sueco que les otorgó aún más publicidad.
Sin más dilación comenzamos con su single “Watch the fire” que tan trillado lleva en mi coche ya y que mi hijo Manuel se sabe de memoria de tantas veces que lo he puesto. Y es que desde esa intro tamboril que va emergiendo desde las entrañas de la tierra y preparándonos para el apocalipsis unida al juego vocal de Erik y Jeff hacen que el tema coja enseguida una enfermiza fuerza que va penetrando por todos tus poros y como el veneno de una cobra se traslade por tu flujo sanguíneo llegando a las principales arterias e inoculándote un cúmulo de sensaciones, la mayoría indescriptibles, que paralizan tu musculatura haciendo que disfrutes sin poder mover ni un solo dedo como si el asombro se adueñase de ti y te hiciera involutariamente consciente de lo que sientes pero sin la capacidad de poder describirlo con palabras. Eso es lo que me pasa cuando un tema me atrapa que entro en un bucle y me quedo tan anonadado que necesito escucharla multitud de veces para intentar sacarle todo el jugo. Espectacular inicio que ¿será premonitorio de algo mayor?, lo veremos…
Dicho veneno sigue circulando por mis venas y hace que “Burn” me produzca una ligera arritmia al notar esa dosis melódica que desgranan mis auriculares con profusión de teclados y un Magnus descomunal en cada solo en un tema que aunque baja un poco de intensidad respecto al anterior hace que tenga que introducirme mi dosis de cafinitrina sublingual para evitar que las pulsaciones se me disparen y más cuando llega el sólo estratosférico tras un estribillo con coros perfectamente ejecutados en lo que debe ser un tema hard rockero de la vieja escuela que no necesita de artificios insustanciales sino de pequeños arreglos que envuelvan un consistente bombón que deliociosamente se derrite en nuestro paladar.
Mi cuerpo me pide algo de tranquilidad y con la llegada de “Kings on thunder road” y medio lorazepam consigo bajar mi presión arterial sistólica y evitarme un susto mayor. Es un tema más pausado a caballo entre narrar un tema al calor de una chimenea como si estuviéramos contando una batalla a nuestro vástago o montar a caballo al trote sin prisa pero disfrutando de la sensación de sentir el golpeo de la brisa en nuestra cara y gozando esa sensación de libertad. No es que sea de los más destacados pero mantiene bastante bien el nivel que lleva este larga duración hasta ahora.
El momento de ponerse el frac para salir a una cena con la parienta llega de la mano de “Elegantly wasted” y esos arreglos orquestales que acompañan a una balada – medio tiempo preciosa y precisa que era necesaria para calmar nuestras ansias iniciales y poder respirar y profundizar un poco en lo que nos están mostrando con multitud de instrumentación metida en diferentes momentos y un Jeff que aquí sí destaca con su preciosa voz (siento decirlo pero sus últimos discos en solitario donde desgarra más la voz no son de mi agrado) lo que da lugar a un tarro de esencias que al abrirlo nos permite percatarnos de una mezcolanza de olores frutales deliciosos que se asientan en nuestra pituitaria y recorre los diferentes capilares transfiriendo esa información a nuestro cerebro a través del canal neuronal que riega nuestro sistema nervioso. Deliciosa creo que sea la palabra que mejor define a esta canción.
Su segundo single “Urgent” quizás debiera haber sido el primero en mi opinión porque ese inicio que posee despierta a un muerto y es un soplo de aire fresco, sólo diré de modo anecdótico que lo escuché una noche tras un día aciago dónde discutí con varias personas en el trabajo, problemas personales en casa y en el colegio con los niños; pero fue como una luz que hizo desaparecer las nubes y dejó que el sol inundara mi mente y me hiciera ver que el día había acabado y que con esta canción se iluminaba un nuevo día como así fue. Hay pocos temas que consiguen hacerme sentir eso y éste fue uno de ellos por eso quizás le tengo tanto cariño y más aún cuando mi hijo (es un apasionado del melodic rock a sus 6 años recién cumplidos) la primera vez que lo escuchó en el coche me dijo que le encantaba y comenzó a tararearlo a la segunda escucha como si lo hubiera oído tropecientas veces. Si aún no habéis apreciado ese feeling os invito a que lo reproduzcáis varias veces y sintáis la magia que posee y la fuerza que da.
No hace falta más que ver el título para saber que estos chicos han causado estragos y son especialmente “Dangerous” cuando se ponen a desarrollar un tema en condiciones y con ese sabor que le agregan a cada composición, dotándola de unos añadidos que le otorgan sobriedad y una dosis de extra que debéis saber apreciar cuando os sentáis a escuchar un disco. No es para escucharlo en el coche deprisa y corriendo sino que es necesario pausar un poco el nivel de vida que llevamos y sentarse en el sillón, cerrar los ojos y trasladarse a un lugar dónde el tiempo se detiene y te permite poder disfrutar de lo que te rodea sin pensar que en breve tienes demasiados quehaceres pendientes.
Una pequeña maravilla llega y se llama “Calling out your name”. No sé ya qué calificativo ponerle porque se me van acabando aunque quizás espectacular sea un poco escaso para que os hagáis una idea de la brutalidad que me transmite. Uno de los grandes temas del álbum que hay que paladearlo como esos buenos vinos que dejan un regusto en tu paladar y necesitas otra copa para saciar tu sed. No sé la de veces que le he dado vueltas y más vueltas y cada vez me siento más saciado pero sin llegar a la plenitud porque sé que me quedan muchos temas por disfrutar y por calmar esa ansia que tengo desde hace tiempo.
Voy a tomarme otro descanso con otra balada llamada “Heart is on the line” para dejarme llevar por esa voz cálida de Jeff y un desarrollo más que manido pero no por ello menos efectivo dónde el corazón se te encoje en un puño y hace que los grandes momentos de tu vida pasen delante de tus ojos como una película donde no ha lugar a un mal recuerdo o sentimiento y que descubras que por mal que te vengan dadas las cosas siempre podrás recordar grandes cosas que muchos otros ansiarán tener pero nunca podrán conseguir.
Encaramos el trecho final con “I don´t wanna play that game” que me permite hacer que destaque la labor de batería que hasta ahora no había hecho y que a lo largo del disco es monumental. Aquí le metemos un estribillo de diez y nos queda ya sólo ponerle un lazo y regalárselo a nuestro mejor amigo a modo de un tema que unirá vuestros lazos para siempre. Pura poesía en modo de canción que poder disfrutar en medio del campo mientras disfrutas de un picnic con tu familia, disfrutando de la libertad que te hacen ver tus hijos correteando por las verdes praderas. Es un paraíso idílico pero doy fe que sientes que es real y que en algún momento llegarás a él.
“The burning pain of love” con un comienzo algo más oscuro es el contrapunto al anterior y es melancólico y algo deprimente como la sensación que sentiste cuando tu primer amor te abandonó y pensaste que nunca podrías volver a sentir cosas como lo habías hecho. En esta vida siempre viene bien que te sucedan cosas así para poder valorar mucho más lo que te pasa día a día y que generalmente escapa de nuestro conocimiento inmediato y sólo podemos verlo cuando recapacitamos en nuestro lecho en la oscuridad al lado de quien nos acompaña el resto de nuestros días y que ilumina cada minuto que pasamos a su lado.
Este cuento llega a su final con” The Neverending Retraceable Dream” que me recuerda a uno de los últimos programas que hicimos en AORLAND dedicado a Bon Jovi y es que lleva ese desarrollo similar a muchos de sus temas. Eso sí todo cambia al llegar al estribillo donde entra toda su magia y buen hacer para dar un tema de categoría que permite poner el punto y final a este tercer trabajo que esperemos no sea el último en su trayectoria.
En resumen, he intentado ser objetivo en la medida de lo posible aunque este álbum ya partía con el aprobado de inicio sólo por los singles que había escuchado. Estamos ante una demostración de cómo se debe hacer un gran disco y por fin me da una alegría tras unos inicios de año bastante desangelados en cuanto al tema musical. Creo que va a marcar un antes y un después y así lo espero, mientras tanto yo ya he encargado por preorder mi copia que entrará entre los grandes discos de mi estantería de cabeza y que es mi primera gran calificación tras mucho tiempo.
Jewel.Redactor: Manuel García
No hay comentarios:
Publicar un comentario